por Faune I
¡Viernes! El penúltimo día del festival fue el momento para relajarse y disfrutar de la programación antes de que llegara con todo el fin de semana. En vísperas de finalizar el Oaaca Film Fest, las actividades iniciaron a las cinco de la tarde, con proyecciones en las sedes de Bellas Artes, Museo del Palacio, Teatro Juárez, Cinemex y Biblioteca Henestrosa. Entre las películas que se proyectaron, no podía faltar el filme que todos los fanáticos esperan, en este caso por lo menos, los fanáticos del box.
Sin ídolos no hay deportes.
La cinta El Boxeo (2013), un documental del director americano Alan Swyer, inicio con una sala llena de audiencia experta en el tema, lo sé porque no necesitaban del lower third para identificar a su ídolos en pantalla, boxeadores como: Alex Ramos, Rúben Olivares, Frankie Duarte, Alex Palomino, el Gato Gonzales… hasta el Canelo y Pacquiao. Todos se dieron cita en una proyección muy íntima que imitando la estructura del combate, se dividió en Rounds para abordar temas referentes al mundo del pugilismo.
En los barrios latinos de Estados Unidos todo versa sobre las limitadas posibilidades y dinero cuando se trata de elegir a qué te quieres dedicar. Hay tres entidades que nunca faltarán en estos distritos: las pandillas, los parques y los gimnasios. Si quieres ser alguien de bien, probablemente elijas el gimnasio porque en el imaginario colectivo, ser boxeador "te quita el hambre y te hace famoso". No es coincidencia que los estados norteamericanos donde el box es más popular, sea directamente proporcional a la cantidad de latinos que habitan en él.
Conscientes de esto, cadenas televisivas han hecho del boxeo un emporio tan fuerte como sus ávidos fanáticos que impulsan el mercado, haciendo de las peleas un negocio redituable tanto para televisoras como para gente que apuesta en ellas.
A lo largo de todo el documental vemos gente a cuadro hablando, excepto por algunas contadas ocasiones cuando vemos material de archivo, situación que, como espectador, te cansa después de un rato. Lo único que hace que vuelvas a la historia, sin perderte, es un bien logrado y elaborado discurso del director; con comas, acentos y un poco picardía.
Al final, la película te deja con un buen sabor de boca, tal vez no te deje espacio para la reflexión porque todas las preguntas y las respuestas que puedas tener las van contestando los diferentes personajes. Pero, sin duda, para los fanáticos de este deporte, el documental estará entre sus cintas preferidas.
El penúltimo día en el OFF finalizó con "sus famosas after-parties", donde guionistas, directores, productores, actores, staff, voluntarios y una que otra alma fiestera, saben cómo celebrar antes de la premiación.
30.09.13