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Sólo Dios perdona

por Julio César Durán

 

Apenas comienza el filme y nos encontramos en las puertas del infierno. Vemos a Julian (Ryan Gosling), un joven traficante de drogas encargado de un establo-arena de box thai, entre las rojas texturas del inframundo, con presentimientos oscuros y siendo rondado por algo o alguien hasta que, precisamente en la entrada, se le invita a pasar: es momento de conocer al diablo. En este estilizado lugar arranca el noveno largometraje de Nicolas Winding Refn, Sólo Dios perdona (2013).

El filme, en el mismo tono que Drive (Winding Refn, 2011), más que intentar contarnos una historia está ofreciéndonos una experiencia; su meta parece ser la exhibición, es decir la manifestación de algo ante un público que sufrirá una afección, y no tanto la transmisión de anécdotas que ayudan al comportamiento social e histórico de los grupos o individuos a través de un “cuento”. No obstante esta situación, lo que sí hace la película es trabajar con arquetipos y con motores que van a ir encaminando, en unos casos, o disparando, en otros, al argumento y a la cinta misma como poseedora de forma/contenido.

La premisa de Sólo Dios perdona transcurre en un juego de venganzas dentro de la parte sórdida de Bangkok, provocado por la violación y asesinato de una jovencita. El perpetrador recibe su merecido gracias a los movimientos del misterioso Chang (Vithaya Pansringarm), pero el hermano del asesino, Julian, intentará tomar venganza obligado por la edípica relación que lleva con su dura madre (Kristin Scott Thomas). En tan sencillo argumento está contenido el todo, una tragedia cuyo pretexto para desarrollarse será precisamente la ausencia de Dios (y por lo tanto del mencionado perdón) ya que desde el inicio, al entrar en el infierno, sabemos cuán lejos estaremos de lo divino. A partir del mencionado argumento los arquetipos van a actuar y van a producir también, desde el andamiaje narrativo, una edificación estética cuyo fin principal es causar efectos en las vísceras del que más allá de ser un espectador, es un testigo.

Arquetipos

Nos dice la Real Academia Española en su diccionario que un arquetipo es un “modelo original y primario en un arte u otra cosa” o también es “imagen o esquema congénito con valor simbólico que forma parte del inconsciente colectivo”. Podríamos ver en el filme del realizador danés un coro de posibilidades que transmiten motivos que se encuentran en el inconsciente colectivo y que al mismo tiempo representan motivos o cualidades individuales, vertidas todas éstas en el mero andamio que le proporciona la historia. Así nos encontraremos con algunas imágenes más o menos básicas como la madre, el héroe trágico, la muerte y el adversario.

Ryan Goslin –que es la nueva musa de Nicolas Winding Refn– de cierta manera retoma aquel personaje-tipo del spaghetti western que logró muy biencon su conductor en Drive, representando a un Edipo contemporáneo, quien tras el parricidio se encuentra exiliado y cegado (no en Colono como el de Sófocles), en la capital de Tailandia. Sin embargo el verdadero protagonista es Pansringarm, el inamovible diablo que se encuentra rondándonos todo el tiempo desde el inicio y en tiempos oníricos, como buen daimon[1]; un arquetipo que siemore nos anuncia la tragedia: advierte el sino que Julian tiene sobre sí y se encargará de ejecutarlo. Al entender esto, la forma del filme nos aparece más clara, ¿de quién es el punto de vista? ¿Quién acecha, quién se esconde a través de los movimientos de cámara? Por supuesto la mirada omnipresente de Chang.

Subversión fílmica

Chang es el diablo que cambia su cara de embaucador por el de juez y verdugo, es decir de Satanás a Hades, siempre desde las sombras merodeando y vigilando el pecado. Es un personaje moral que se viste de solemnidad con su ropa negra, castiga y mueve/provoca los hilos que desencadenan las venganzas siempre con sus dos jueces al lado, rodeado de sus Erínias [2] (policías) a quienes les cantará todo el tiempo, casi en planos oníricos (cfr. Blue Velvet, David Lynch, 1986). Este adversario es una especie de divinidad por supuesto, es un daimon; el demonio que siempre aparece de la nada y desaparece entre las sombras a placer, que vive en un lugar idílico con su Perséfone -los Campos Elíseos a los que finalmente llegará Julian para castigar e igualmente, con resignación, recibir su castigo. La película es el héroe contra el dios o en todo caso contra el designio del mismo.

Al mismo tiempo que Winding Ref transforma la cara del “antagónico”, también lo hace con la forma del relato convencional. Julian, en su conflicto, busca el paraíso desde el infierno. Los espacios a la vez arquetípicos, son lugares subvertidos. El personaje interpretado por Gosling busca el edén no desde las vírgenes, sino desde las prostitutas. ¿Se trata entonces de un antihéroe? Pareciera que sus encuentros con Mai (Ratha Phongam) son suplicas de perdón o en todo caso, lo que pide es la gracia (divina) ausente.

Por su parte Crystal, la madre, se comportará como la provocadora del conflicto más grande e importante –que tendrá como fuga la escena cumbre del filme, el clímax musicalizado por el score de Cliff Martínez–, donde Gosling sufre una peculiar transfiguración, dejando de ser un hombre atractivo tras la golpiza que Chang le propina. La mujer es la protectora de la casa en un matriarcado que se nos sugiere sexual, siendo ella la que necesitará de venganza (cfr. Los Hermanos del Hierro, Ismael Rodríguez, 1961). Este personaje-tipo, opuesto totalmente a La madre de Gorki, es fundamental para el golpe a los sentidos en esta obra, tanto que el mismo director la dedica a su propia progenitora.

La cámara será paciente, suave, dedicada a las texturas. A pesar de la explicités del contenido, aquí no hay gritos, no hay ráfagas visuales, no hay intercortes como en el cine convencional. Sólo Dios perdona está llena de travellings, de paneos, la fina cámara de Larry Smith rodea siempre a la acción para envolvernos en un universo paralelo. El montaje de Matthew Newman subvierte también la regla de no romper ejes, siempre los mantiene, incluso más allá del espacio o tiempo de la lógica interna del relato.

Experiencia

Decía más arriba, en palabras de W. Bejamin, el valor del filme es para la exhibición, es un arte para la experiencia; para participar de un conjunto de situaciones, conceptos y conflictos que son descubiertos a través de un andamio (la narración) pero que no lo necesitan para poder edificarse. El estilo que toma como fondo el barrio bajo tailandés (el inframundo), con las zonas rojas y el mundo del box thai en segundo plano, es exquisito, bien aterrizado con planos fijos, movimientos suaves, con ralentí, nunca con una nerviosa cámara en mano, diversos elementos montados para un fin. Winding Refn, con todo y que su obra es vertiginosa, no intenta acelerarla, no causa náuseas.  El realizador danés revela todo el miedo, odio, brutalidad, agresión incluso, en su cine; nos pone frente a una situación intragable en el mundo real. Miramos una obra provocativa aunque no de manera directa ni literal, por ello se le estiliza y se lleva con la mayor calma posible.

Only God Forgives, tras su videoclipera apariencia –como se ha dicho bastante– es una obra importante que demuestra el control de la cámera stylo de su creador, quien se encuentra en un momento interesante. Un conjunto de referentes y de representaciones dedicados/agradecidos a Gaspar Noe, a Ray Jacobsen y a Jodorowsky, son traducidos en el gran diseño de producción manejado (gracias a Beth Mickle, Russell Barnes y Witoon Suanyai), re-significándose bajo el montaje y se miran finalmente como la apropiación de un mundo que Winding Refn convierte en una realidad paralela que sale de la pantalla de plata.

 

13.11.13


[1] En la Grecia antigua el genio (que pasa a la cultura occidental como demonio) era un ser sobrenatural que todo hombre cargaba consigo, protector o no.

[2] Las Erínias eran las representaciones de la venganza, figuras femeninas que perseguían a los culpables de crímenes morales, familiares o de sangre, en la mitología griega.



Julio César Durán


@Jools_Duran
Filósofo, esteta, investigador e intento de cineasta. Después de estudiar filosofía y cine, y vagar de manera "ilegal" por el mundo, decide regresar a México-Tenochtitlan (su ciudad natal), para ofrecer sus servicios en las....ver perfil
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