por Julio César Durán
Por cuarto año consecutivo, la Plaza de San Jerónimo en el corazón mismo de la Ciudad de México fue el escenario para el arranque de la gira de documentales AMBULANTE, que no hace falta mencionar, es uno de los eventos cinematográficos más esperados por los cinéfilos de la capital del país. Ahí, en el centro histórico del D.F., comenzó el jueves 30 la primera fase de la edición 2014 de un festival dedicado a los documentos fílmicos más importantes lanzados durante el último año y también, en menor medida, dedicado a películas inéditas o ya consagradas que han sobrevivido el paso del tiempo.
Con la presencia de Inti Muñoz, Julián Levin, director de Canana, Jorge Sánchez, director general del IMCINE, los representantes de Secretaría de Cultura del DF y del Gobierno de la Capital –entre rechiflas y abucheos, hay que decirlo, al mencionar el nombre de Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno–, y por supuesto Elena Fortes, directora de AMBULANTE, se dio inicio a un evento que tiene como meta la recuperación y reapropiación de los espacios públicos como lo es la Plaza de San Jerónimo.
La película abridora de la gira fue La plaza (The Square, 2013) dirigida por la realizadora Jehane Noujaim y producida por Karim Amer, ahora nominados al Óscar como mejor película documental, que nos muestra el inicio y parte del desarrollo de la reciente revolución en Egipto. A través del punto de vista de Ahmed Hassan, un joven de clase obrera, el filme nos narrará los momentos que en 2011 desencadenaron las primeras tomas de la Plaza Tahrir y el comienzo de una revolución que fue parte fundamental de la llamada Primavera Árabe. De ahí, caminaremos al lado de los ciudadanos que buscan un cambio de consciencia y cambios políticos para Egipto, principalmente al actor, Khalid Abdalla, y al padre de familia, Magdy Ashour, quienes comparten con el joven la idea de una revolución, y terminarán trabajando en conjunto por una nación incluyente.
La plaza comienza con un apagón en El Cairo, escuchamos a nuestros personajes e inmediatamente se enciende una vela, el pequeño fuego es la esperanza, una pequeña fuente de luz que en su mínima existencia logrará permear las mentes de los revolucionarios, será la metáfora perfecta de lo que se ha encendido en nuestros protagonistas, quienes al lado de las multitudes, crearán un movimiento para democratizar su país.
Gracias a la presión social ejercida desde el simbólico y estratégico punto conocido como la Plaza Tahrir, el presidente Mubarak, quien ejerció un régimen duro y represivo durante décadas, renunció a su cargo para beneplácito de los miles de egipcios que se encontraban hartos de la corrupción y la falta de libertades. Sin embargo, tras la salida de Mubarak, el ejército tomó las riendas prometiendo al pueblo un cambio, cosa que no ocurrió, el régimen permaneció intacto, había que salir a las calles de nuevo y tomar lo que por derecho les pertenecía.
El documental de Jehane Noujaim tiene una narración tradicional pero bastante efectiva. Parte del hecho de mostrar el paso del tiempo, desde 2011 hasta los últimos acontecimientos del año 2013, a través de personajes emotivos, de un mural callejero que va cambiando su cara –desde el repudio a la figura de Mubarak, pasando por el descontento con las fuerzas militares y hasta el rechazo a Mohamed Morsi– y claro está, a través de la convulsa Plaza Tahrir a la que veremos modificándose constantemente, con cantos, gritos, llanto, disparos, fuego, abrazos, inclusive una remodelación.
"Llegamos a Al Midan (La plaza) para descubrir que amamos la vida fuera de ahí, y para descubrir que nuestro amor por la vida es resistencia. Corremos hacia las balas porque amamos la vida, y vamos a prisión porque amamos la libertad". Estas palabras que la directora del filme retomó de un manifestante que se encontraba en prisión son la representación perfecta de un momento histórico, de un cambio que se pretendía radical. ¿Cuál era la diferencia de ésta a cualquier otra revolución en el mundo? La sociedad civil, ese conjunto abstracto pero poderoso al que llamamos Pueblo, se unió no importando partido político o creencia religiosa en la plaza pública; no se trató de un golpe de estado militar, no se trató de un juego entre partidos políticos, fue la gente quien entendió que la política se hace en las calles y corrió detrás de un sueño de empoderamiento y libertad, no para unos cuantos sino para todo ciudadano egipcio.
El filme se antoja importante en un momento en el que no sólo el mundo árabe se encuentra en la búsqueda de sí mismo, lugares como Ucrania, Grecia, España, Brasil y sobre todo México, son referentes de democracias fingidas en unos casos o de autoritarismos en otros, donde será el pueblo quien deberá tomar la palabra y deberá tomar la imagen para poder liberarse a sí mismo. La plaza es el retrato de un momento y una lucha que no termina aún. Se trata de unidad y resistencia en una época indiferente donde los cambios se dan únicamente con fuerza, con constancia, pero sobre todo con un ideal compartido.
Finalmente, como un agregado, les recuerdo a los lectores que la gira de documentales AMBULANTE estará en el Distrito Federal hsata el 13 de febrero y de ahí partirá a Guerrero y Zacatecas del 13 al 20 de febrero, a Puebla del 20 al 27 de febrero, Veracruz del 27 de febrero al 6 de marzo y más tarde continuará su camino por Nuevo León, Coahuila, Michoacán, Chiapas, Jalisco, Baja California y Oaxaca. Como recomendaciónes les pedimos no se pierdan La plaza, así como algunas de las favoritas del equipo F.I.L.M.E: El acto de matar (2012) de Joshua Oppenheimer, Narco Cultura (2013) de Shaul Schwarz, Lejanía (2013) de Pablo Tamez Sierra, La Imagen Ausente (2013) de Rithy Pahn, La cantante de punk (2013) de Sini Anderson, y por supuesto la sección Retrospectiva, que presenta trabajos de Mambéty, Weerasethakul y el clásico mexicano, Redes (1936) de Zinnemann & Gómez Muriel, entre otros.
* Para más información del documental de sus realizadores y sus protagonistas, visite su sitio web. También pueden revisar detalles de las próximas exhibiciones de La plaza.
01.02.13