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FICUNAM 5. Cineminutos

por Carlos Rgó

 

A través de los oscuros túneles, como pesados párpados que caen en el sueño, escucho el murmullo y las risas de los pasajeros aferrados a los tubos, mientras un vendedor ambulante lanza el júbilo molesto de una condena temporal con música noventera, yo…

 

El Festival Internacional de cine de la UNAM 2015 lanzó una convocatoria para realizar un cineminuto dentro del metro de la Ciudad de México. Las restricciones eran simples: grabar sólo con celular y ceñirse a las estaciones que, previamente, seleccionaron. El tema era libre. El resultado: un caos con momentos de orden y equilibrio.

Con más de 120 cineminutos (en una lista de reproducción que sigue vigente y en proceso de votación para elegir ganadores), el pequeño cosmos de imágenes mostró un tema difícil de pensar: el gusto. Tantos y tan variadas formas de proyectar fantasías, se apoderan de los segundos que hizo cada participante. No hay un criterio estético en el que pueda sostenerse tanta diversidad de signos, hay demasiada libertad, la crítica se vuelve inservible. Sin duda, por lo menos para mí, el ejercicio sólo es entretenimiento; como fue el cine en sus inicios, antes de convertirse en intuición estética o trabajo intelectual, el cine como puro momento para entretener.

En un lugar tan celoso de sus imágenes como el metro de la capital mexicana, la oportunidad para grabar en ellas fue inmejorable. El resultado es delirante por inmenso. No hay certeza de ningún tipo, a veces ni elegancia, los cineminutos se siguen uno a uno, en un carnaval subterráneo que peca, fastidia, da risa, sorprende e impresiona… Desnudas de sus funciones teóricas o incluso prácticas, las obras de los concursantes muestran con descaro su universo, en conexión con el modo de vida que habitan. Una manera de representar la realidad, sin hablar directamente de ella misma. Enhorabuena por el concurso, y por la importancia de lo cotidiano y efímero en 60 segundos que se extienden en la memoria.

Un filtro serviría para no indagar con exceso en la agudeza o imaginación de algunos cortos, no por malos o escasos de profundidad, pero al menos por economía. Este concurso desborda destellos, que en unas ocasiones alumbran y en otras oscurecen la vista. En la diversidad de objetos, las causas desfiguran las formas, celebro eso. Bellas por monstruosas; libres por caóticas. Las imágenes nos pertenecen. Los trabajos se atreven a proyectar cualquier sueño, cualquier intención, con o sin cuerpo, y se construye una especie de organismo imaginativo, en un espacio que es muy nuestro: el metro.

Invito a pensar y a ver los cineminutos como ese camino en que el cine puede mejorarse así mismo, en el andar de una técnica viva que posee nuestras miradas. Aquí se siguen algunos ejemplos, si desea ver la lista de reproducción completa, dé click aquí.

 

 

11.02.15

Carlos Rgo


@Rgock

Con estudios en Letras Hispánicas y Filosofía, se interesa por las artes plásticas y el cine. Actualmente escribe una tesis sobre literatura mexicana del siglo XX y cursa un seminario sobre teoría y crítica para abordar la imagen y las prácticas fotográficas.

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