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Cannes 2015. Chronic

por Alice Froussard

 

Compartimos el destino. También perturbado. Oscurecido después de la proyección de Chronic, que vuelve a enfriar nuestro buen estado de ánimo de la mañana. Sin embargo, ya sabíamos del peso emocional que dejan las películas de Michel Franco (Después de Lucía, ganadora en la categoría Una cierta mirada en Cannes, 2012) que dejó un millón de entradas en México.

En Chronic seguimos a David, un cuidador que cuida de los enfermos terminales. Eficiente y meticuloso, es un apasionado de su trabajo y construye relaciones con sus pacientes mucho más allá del ámbito médico, establece una verdadera intimidad con ellos, relaciones exitosas. Pero en su vida privada David es torpe, reservado, y comienza a necesitar de una mayor cantidad de pacientes que necesitan de sus servicios. En consecuencia, su vida privada se convierte en su oficio.

Emparentado con otros cineastas interesados en la empatía humana, en los cuidados entre semejantes, como Michael Haneke en su Amour (2012), o Toledano y Nakache en Intocables (2011), Chronic, por su parte, fue inspirada directamente por lo que pasó con la abuela de Franco. Después de sufrir un derrame cerebral y haber quedado paralizada de medio cuerpo, se contrata a una enfermera, una extraña que penetró su vida privada, física, emocional, y que la acompañó en la mayor parte de las actividades diarias básicas. Pero esa mujer, la enfermera, trabajaba en eso por angustia propia, según confesó al realizador.

En Chronic está expuesta la cuestión de los límites profesionales. El tono de la película de Franco se mantiene en línea con la que ya triunfó en Cannes: una estética de planos, digna y desafiante –aunque no tanto como en Después de Lucía, por suerte– con un alto grado de realismo. Primero en español, luego adaptado al inglés el guión, Chronic se centra en un solo personaje, el ya mencionado David, interpretado por Tim Roth irreconocible para destacar su participación, su enfermedad, pero sobre todo su confinamiento.

El título lo dice todo: evoca tanto a los pacientes de la enfermedad terminal, y la depresión –crónica– es el personaje principal. Sin embargo, la última escena, brutal e incongruente, nos deja un poco con nuestro apetito, algo que estropea lo que se había pensado del resto, como si Michel Franco hubiera querido terminar la película antes de tiempo.

El director, sin embargo se defiende diciendo que la película podría haber terminado de manera diferente, que es el resultado de todo lo anterior, que quería mostrar lo que realmente estaba pasando. Al mismo tiempo, no podríamos añadir a la película un par de minutos. Chronic es realista, dura y pesada. Una buena película, como lo que Michel Franco ya había propuesto antes.

 

22.05.15

Alice Froussard


@alicefrsd
Reportera y estudiante de Ciencias políticas y periodismo. CINE | Música | Arte.....ver perfil
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