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Cien años de cine: un antihomenaje

Directamente del recuento que Ayala Blanco hace del cine en medio del fin de su primer centenario y que publica bajo las coordenadas de El cine, juego de estructuras (CONACULTA, 2002), se desprende este milagrito que tiraba el teatrito de la moda que se impuso entonces entre críticos y fariseos por igual de hablar bien y bonito del cine en un cumpleaños tan especial. A Ayala Blanco le venía corta aquella pretensión snob y epilogó el libro que va de "Después de Hollywood" a "Otras galaxias" con este falso decálogo exquisito en el que, aun en clave, resuena la nostalgia y el verdadero amor por la maquinaria cinematográfica y lo que de ahí deviene en él y para nosotros.


(Diez contra uno)

por Jorge Ayala Blanco


1. La cultura cinematográfica como culto beato a la Estrella (de la actuación o la realización), como ejecutoria de industrias, como psicosociología aberrante, como hueca antropología, como representación definitiva, como sabroso/ agrio/ insípido amasijo de anécdotas con chistoretes, como sueño abortocastrado. Jamás el cine como lo que realmente es: una forma de pensamiento (con las brillantes excepciones de La imagen-movimiento y La imagen-tiempo deleuzianas), una modalidad sensointelectual del discurso a base de imágenes (o más bien de continuos/discontinuos espaciotiempos/ impresiones audiovisuales), una escama arrancada a la dura piel de la historia de las mentalidades en acto. Delirio despierto, imaginación en imágenes, “diván del pobre†(Guattari), espejo masivo.

2. Nunca lo que realmente importa: los hechos fílmicos en su profusión y diferencia irremplazable, el “retorno†a las películas mismas, más allá de cualquier limitado criterio selectivo/ valorativo/ discriminador o chauvinista-racista-primermundista (a lo Faulstich-Korte). Tras el fracaso de escribir la historia del cine y la historia de los cien años del cine, ¿de qué serviría una Historia de las historias del cine?

3. Quitarle al arte fílmico el tragaluz que puso a su infinito la elaboración/ imposición de un relato dominante, diversificar la praxis del cine, absorber las formas y significados orientales para un espectador cercano/ distante, rever a Hollywood con otros ojos, multiplicar y depurar los lenguajes cinematográficos, incorporar sin miedo ni pudor los usos estructurales del sonido, diseminar no uno sino una serie de conflictos dramáticos, la narratología del narrador/ narración ausente/ oculto/ inasible/ omnipresente/ geopolítico (de Burch a Chion y Jameson).

4. ¿La modernidad fílmica a partir del relativiosmo estructural de El ciudadano Welles (41), o a partir del cuerpo-impulso como relato en Shadows de Cassavetes (58-59) cual nuevo Ciudadano Kane, o a partir de todos los Ciudadanos que les han seguido? Quizá la única reflexión cinecrítica realmente válida: describir/ analizar/ interpretar para poder señalar limitaciones y contradicciones. Con un criterio histórico-cultural, en la línea ensayístico-esencialista trazada por La pantalla diabólica de la insuperable Lotte H. Eisner, rumbo a la Poética del cine de Ruiz.

5. “Un espíritu libre nada debe aprender como esclavo†(Rossellini) y “Nadie tiene derecho a imponer una concepción del cine por encima de las demás†(Kurosawa), pero las escuelas de cine a la deriva continúan recortando y petrificando el horizonte fílmico, en vez de abrir posibilidades. El cine será invención expresiva o no será.

6. La vacuidad abarrotera del cine pensado en castellano, la declamación solemne/ antisolemne del lugar común, la incapacidad de tomar distancias hacia el lugar común que fundarían una verdadera literatura fílmica, las viejas nuevas modas, el reciclado elogio ancilar/ convencional/ neoconformista al caos del espectáculo. La subversión continuará formándose por la infracultura y la supracultura, contra la entronizada estupidez complaciente o cualquier forma de cultura oficial.

7. El despilfarro de institutos y vidas enteras dedicadas/ desperdiciadas en hurgar basura celuloidal, sin proveerse antes de un fino instrumental de análisis especifico, ni aptitudes para aquilatar los hallazgos expresivos, ni para saber lo que realmente se busca.

8. “Es suficienteâ€, Es ist genung, a lo Bach, con coral y variaciones, dijo Basta sin poder evitar seguir andando, invento-inicio y movimiento final con atmósfera de alegre destrucción siniestra, la paulatina emergencia/ desaparición de las cinematografías nacionales y el perpetuo auge/ crisis del hegemónico cine estadounidense, sombras en el paraíso, un fragmento de eternidad.

9. He cometido todos los crímenes menos el de concebir un filme: aforismo-tributo al Cioran de La tentación de existir sin el cine.

10. Mientras haya cine, hay Esperanza, gracias a mi buena Estrella (ajena al firmamento cinematográfico).


13.11.12

La fotografía de portada de este artículo pertenece al archivo "Urbanitas" del sitio ciudadmontrvo.wordpress.com y agradecemos haberla puesto a disposición pública.

Jorge Ayala Blanco


Crítico de críticos, entre los críticos, para ellos y en contra de ellos, publica ahora todos los lunes y desde 1989 en El Financiero una crítica siamesa sobre el estado de las cosas en el mundo de los estrenos cinematográficos. Autor de tesoros bibliográficos (actualmente incluso electrónicos) a propósito de e....ver perfil
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