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Los Simpson por Del Toro

por Julio César Durán

 

Ya se había comentado bastante durante las últimas semanas acerca de una noticia, algo que sonaba casi a un rumor más para voltear los ojos a una entrañable serie de TV que hace años dejó de ser lo que la convirtió en una de las animaciones norteamericanas más representativas de todos los tiempos: el opening 2013 de la tradicional “Casita del Horror” –episodio anual de Halloween con Treehouse of Horror como nombre original– de Los Simpson sería hecho (¿dirigido, dedicado?) por el mexicano Guillermo Del Toro.

Finalmente, como promoción previa a la transmisión del episodio, es lanzado completito, a través del canal Fox, el intro al Treehouse of Horror XXIV (¿tantas temporadas ya?) que contiene muchos de los gustos, influencias, creaciones y demás del cineasta-amante de los monstruos, Guillermo Del Toro. La animación que dura aproximadamente dos minutos y medio es un denso collage del género del horror, con tantas referencias y tantos personajes, cinematográficos y literarios, que marea. Del Toro le puso todo a Los Simpson, no se guardó nada, llenó con todas sus preferencias (o por lo menos, tantas como pudo) al denominado couch gag de esta serie de televisión. Prácticamente, estos minutos llenos de terror son sólo para “eructitos”.

 

Para los clavados, aquí dejamos (casi) todas las citas que la animación hace:

En el inicio, tras un cuervo de 3 ojos alcanzado por un rayo, vemos a una de las más grandes influencias de Guillermo Del Toro (de quien afirma viene una de las mejores películas de vampiros Martin, 1977 y no por nada abre con él), George A. Romero, con su saga de zombis influencia de todo lo no-muerto que vendría después de los años 60, y que me parece ser guiño directo a Land of the Dead (2005) y Day of the Dead (1985) en plena planta nuclear.

Luego nos adentramos a la plaza central de Springfield en pleno holocausto zombi donde el gigantesco cadáver del ave del inicio nos hace referencia a Rodan (1956) de Ishirô Honda, uno de los dos Monster Masters. De fondo podemos ver a un jaeger en batalla con un kaiju, creo que su propio Pacific Rim (2013) queda bastante claro ahí. Acto seguido viene la decapitación de Rafa, la cual nos lleva a una vieja cita de ésta serie a los Monstruos Gigantes norteamericanos de los 50 (el “gordito de la dona”), que respondían a la paranoia de la guerra fría; personaje que es a su vez devorado por un Jefe Gorgory transformado en el cíclope de The 7th Voyage of Sinbad (Juran, 1958), tributo pagado a Ray Harryhausen, el otro Monster Master.

Llegando a la escuela primaria, nos encontramos con un simpático y regordete conocido mundialmente, sentado al lado de la maestra Krabappel: Alfred Hitchcock dando comida a Los Pájaros (1963). Una vez dentro, el siempre ocurrente Bart escribe en su pizarrón de castigo “All work and no play makes jack a dull boy”, célebre proverbio que, nos dice la Wikipedia, aparece por primera vez impreso en Proverbs in English, Italian, French and Spanish (1659) de James Howell para ser tomado por Stanley Kubrick en su versión cinematográfica de The Shining (1980) –incluida no en la novela homónima, pero si en la de Pet Sematary (1983)– y, para no enfadarlo con la referencia a una obra con la que nunca estuvo contento, remata con el mismísimo Stephen King en Jack Torrance’s mood.

Bart huye del siniestro escritor y arruina el trabajo del conserje Willie, transformado en Hellboy (2004 y 2008) haciendo referencia a la secuela cinematográfica de este personaje. Del Toro continua el narcisismo en la planta nuclear haciendo de Homero un vampiro de su Nocturna (2009) –que me parece le debe descripción, en parte, a la creatura de The Thing (Carpenter, 1982)–, mismo que se sugiere será cazado por un Blade (II, 2002), acá interpretado por el buen Carl que degolla a Lenny.

Sí, los viejos Simpson, los que valían la pena, están muertos, hacía falta que un mexicano lo dijera con los cadáveres de los primeros diseños de Matt Groening que preceden al esqueleto del imprescindible Gojira (Honda, 1954). Continuamos bajando a los infiernos y nos encontramos al Sr. Burns y Smithers encarnando una de las icónicas escenas de El laberinto del fauno (2006) para cortar de inmediato a la caja del mini supermercado donde observamos las reliquias chupasangre de una de las mejores películas de la historia del cine mexicano: Cronos (1993). Tras pasarlas por el láser, vemos a todos como la pesadilla de los entomólogos de Mimic (1997), “y vio Del Toro que era bueno”.

Piezas infaltables de la literatura y cinematografía gótica por excelencia: El Fantasma de la Ópera (de izquierda a derecha Julian, 1925; Fisher, 1962; Lubin, 1943, y por supuesto Leroux, 1910) con el legendario Lon Chaney, Herbert Lom, Claude Rains y (posiblemente) Nils Olaf Chrisander respectivamente. Todos ellos interrumpidos por el sax de Lisa, finalmente expulsada por la versión interpretada por William Finley en Phantom of the Paradise (De Palma, 1974).

Bart en patineta llega hasta los tentáculos de Cthulhu, quien nos lleva a tomar un poco de café con su creador, H. P. Lovecraft, y sus amigos Edgar Alan Poe, Ray Bradbury tatuando a su Hombre ilustrado y Richard Matheson con uno de sus engendros (similar a la representación de The Omega Man, Sagal, 1971). Mientras tanto la pandilla de Springfield es perseguida por los monstruos clásicos de Universal (y un par de colados), quienes fueron concebidos en la década de los 30 como una consecuencia de la Gran Depresión: Frankenstein (Whale, 1931), Dracula (Browning, 1931), The Wolf Man (Waggner, 1941), The Mummy (Freund, 1932), El monstruo de la laguna negra (Arnold, 1954), Bride of Frankenstein (Whale, 1935), Invasion of the Saucer Men (Cahn, 1953) y El Hombre invisible (Whale, 1933).

Casi para terminar, The Car (Silverstein, 1977) hace de las suyas manejado por Maggie, luego damos un repaso a varios monstruos ya vistos y otros a los que se rinde homenaje: El robot de Perdidos en el espacio llevándose al gran Rod Serling, casi inadvertido pasa el asesino perfecto de Alien (Scott, 1979), el profesor de London After Midnight (Browning, 1927), una vez más a Hitchcock y a Harryhausen con Jasón y los Argonautas (Chaffey, 1963), la creatura de Robot Monster (Tucker, 1953), no podía faltar Nosferatu (Murnau, 1922), Gort de El día que la tierra se detuvo (Wise, 1951), Freaks (Browning, 1932) y La mosca (Neumann, 1958), entre muchos otros.

Al final, Homero recrea El espinazo del Diablo (2001) y Lisa cae como en la Alicia (1988) de Svankmajer, para cerrar con el final de El Laberinto... el filme más popular de Guillermo Del Toro hasta ahora.

 

04.10.13



Julio César Durán


@Jools_Duran
Filósofo, esteta, investigador e intento de cineasta. Después de estudiar filosofía y cine, y vagar de manera "ilegal" por el mundo, decide regresar a México-Tenochtitlan (su ciudad natal), para ofrecer sus servicios en las....ver perfil
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